He comido 40 cucharadas de azúcar diarias y esto es lo que sucedió


Durante tres años, Damon Gameau dejó de tomar azúcar en su dieta. Después de esto volvió a introducirlo en su alimentación para un documental. Los resultados fueron impactantes.

 

“En el caluroso verano australiano de 2008, estaba fingiendo disfrutar de la vida como cualquier hombre de 30 años. Mi amor por mi mismo podía verse reflejado en mi exterior, a la hora de elegir mi ropa y en mi aseo facial, pero en cuanto a la nutrición aún dejaba mucho que desear. Me gustaba fumar un paquete de cigarrillos al día y tomar dos latas de Coca-Cola de vainilla.”

Pero como le sucede a menudo a los hombres, Damon fué arrancado de las garras de la autodestrucción justo en el momento en el que una mujer cariñosa y emocionalmente inteligente apareció en su vida.

“En el instante en el que puse los ojos en esa criatura radiante y efervescente, sabía que tenía que hacerlo, pero que tenía un duro trabajo por delante; La Coca-Cola de vainilla y los cigarrillos no iban a interponerse en mi decisión de mejorar mis hábitos de vida. Literalmente vi todos mis patrones negativos de conducta quemarse delante de mí, como si pusiera un encendedor en un hilo de caramelo.”

Damon Gameau tuvo una seria adicción a la Coca-Cola de vainilla 

 

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Otra cosa que a menudo suele sucederle a un hombre, es que cuando está tratando de impresionar a una mujer,  pretende estar interesado en una amplia gama de cosas de las que en realidad nunca ha oído hablar antes. Para Damon una de esas cosas era comer sano. Asentía con anticipación ante los batidos de col rizada y pepino, fingía excitación ante el aguacate sobre pan de semillas de chia e inhalaba montañas de verduras orgánicas y extrañas pociones naturopáticas. Como resultado, y sin pensar mucho en ello, pronto pasó de consumir alrededor de 30 cucharaditas de azúcar añadido al día a prácticamente ninguna.

Dos meses después de este riguroso proceso de “cortejo”, empezó a notar los cambios. La gente hacía comentarios sobre su mejora en la piel y el brillo en sus ojos, se dio cuenta de que había perdido unas cuantas tallas de su traje de invierno y la mayor sorpresa fue el efecto sobre su estado mental.

“Me sentí más tranquilo y más equilibrado y presente durante todo el día.”

Tres años más tarde, su novia y él estaban tan unidos que no sólo habían comprado su primer sofá de IKEA, sino que ni siquiera discutieron cuando lo montaron (una verdadera prueba del amor). También habían dirigido su primer cortometraje juntos, y habían sido abordados por una compañía de producción para hacer un primer largometraje.

 

Damon comió 40 cucharaditas de azúcares añadidos al día en comidas comúnmente percibidas como “sanas”

 

 

En ese momento, la prensa estaba empezando a hablar sobre el azúcar, pero las opiniones estaban muy divididas. Algunos usaban palabras como “tóxico” y “venenoso”, mientras que otros aseguraban que era “esencial para la energía”. Damon pensó que la única manera de descubrir la verdad sobre el azúcar era hacer un experimento en su propio cuerpo y documentar los resultados.

“Reuní un equipo de médicos, científicos y nutricionistas mucho más inteligentes que yo y consumí 40 cucharaditas de azúcar al día; Que tristemente es lo que la mayoría de los australianos entre la edad de 19 y 30 están haciendo (esto incluye zumos de frutas, concentrados y otros edulcorantes como la miel y el jarabe de arce).”

Pero necesitaba algo para captar la atención del público. Ese gancho le llegó en el pasillo cinco de su supermercado local cuando decidió leer apropiadamente algunas etiquetas y descubrió que la salsa barbacoa, la salsa de hoisin y la salsa de chile tenían más azúcar, que salsa de chocolate.

“¿Qué pasaría si pudiera comer mis 40 cucharaditas de azúcar al día sólo consumiendo productos que muchas personas perciben como “saludables” o que al menos no tienen ni idea de la cantidad de azúcar que se esconde en su interior?”

Esto se convirtió en la parte clave de la historia y las reglas se establecieron. Durante 60 días mantendría el mismo nivel de ejercicio que ya tenía y no comería chocolate, helado, refresco o confitería. Las 40 cucharaditas al día serían “azúcares ocultos” que se encuentran en alimentos como el yogur bajo en grasa, los cereales, las barras de muesli, los zumos, las bebidas deportivas y condimentos variados.

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Un doctor compara las imágenes de antes y después de Damon 

 

 

Nadie en el equipo que le supervisaba sabía realmente a qué atenerse. Como resultado, la película tenía un presupuesto muy bajo en las primeras semanas. Había una posibilidad real de que toda esa locura de comer azúcar resultara en nada.

Es justo decir que hubo un aumento en el interés cuando ganó tres kilogramos en sólo 12 días. Pero la verdadera alarma sonó cuando había desarrollado una enfermedad hepática grasa después de sólo 18 días.

“Recuerdo que llamé al productor de la película de la clínica de sangre y le dije mis resultados. Todo lo que oí fue un chillido encantado del otro extremo y las palabras “¡Brillante! ¡Ya tenemos una película! ” La compasión no es muy alta en el currículum de la mayoría de los productores.”

Estos resultados elevaron el proyecto a un nuevo nivel, ya que toda la conjetura en los medios rondaba alrededor del hecho de que la mitad de los azúcares (la fructosa), son los únicos que se metabolizan convirtiéndose en grasa en nuestro hígado (una de cada cuatro personas en países occidentales tienen enfermedad hepática grasa no alcohólica). Esto es lo que le había pasado a Damon en menos de tres semanas.

Al final del experimento Damon había ganado 8,5 kilogramos, desarrollado diabetes tipo 2 y riesgo de enfermedad cardiaca, tenía un extra de 10 centímetros de la grasa visceral peligrosa alrededor de su vientre y notó un enorme impacto en sus estados de ánimo y funciones cognitivas (un tema que se está estudiando cada vez más en los círculos académicos).

También echaron un vistazo por debajo del velo de la industria alimentaria y la matriz de la industria del azúcar. Aprendieron cómo todos tenemos un “punto de felicidad” para el azúcar, que es la cantidad óptima de dulzura en un alimento, y que las empresas gastan millones en esfuerzos para descubrirlo. Aprendieron sobre la manipulación en la ciencia, que continúa protegiendo los enormes beneficios del azúcar.

“Vi el impacto horrible que el azúcar está teniendo en la cultura indígena australiana y ahora entiendo que el azúcar ilumina las mismas áreas de recompensa en nuestro cerebro que la nicotina, la cocaína y el sexo. Sólo necesitamos ver una imagen del azúcar para activar estas respuestas.”

Damon con su familia 

 

 

La película y el libro han visto la luz fuera en Australia durante tres meses y la respuesta ha sido abrumadora. Recientemente se convirtió en el documental australiano de mayor recaudación de todos los tiempos y los cines se han llenado de niños. Según Damon este ha sido el aspecto más reconfortante.

“Nuestra intención era hacer una película divertida y accesible para que toda la familia pudiera disfrutarla. Está llena de animaciones y de efectos especiales, por lo que es una película recomendable incluso para aquellas personas que normalmente no ven documentales sobre alimentación.”

That Sugar Film ya ha salido en los cines. El DVD saldrá a la venta el 27 de julio (Soda Pictures).

 

“¿El mensaje? Coman comida de verdad.”

 

Fuente: telegraph
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